
Hay anuncios que venden un producto. Y luego están los que te venden una sensación tan potente que el producto es casi una excusa.
Este de Nike es lo segundo.
Mira la imagen: Una zapatilla vieja. Rota. Con manchas. Nada de luces brillantes, modelos en cámara lenta o renders 3D.
Y el título es brutal: “RE-RUN.”
Como decirte: “Sí, ya lo hicimos. Pero lo hicimos tan bien, que lo vamos a hacer otra vez.”
Ahora bien…
¿Por qué funciona este anuncio?
Porque no está vendiendo una zapatilla.
Está vendiendo:
- Historia
- Autenticidad
- Permanencia
- Imperfección con propósito
Y lo hace con líneas como:
“Minor tweaks. The annoying, wait-30-years part.”
Traducción libre: “Hemos cambiado cuatro cosas. Lo difícil fue esperar 30 años.”
Boom. Eso no lo puede decir cualquiera. Pero sí puedes usar su estrategia, incluso si no eres Nike.
¿Cómo aplicas esto en tu negocio? Aquí van 4 ideas concretas:
1. Cuenta la historia detrás del producto.
No vendas el qué. Vende el por qué sigue existiendo. Ejemplo:
En vez de: “Curso online con 10 módulos” Prueba con: “Este curso nació tras ver a 37 emprendedores cometer el mismo error durante 3 años.”
La historia justifica el producto. Y le da alma.
2. Muestra lo imperfecto con orgullo.
¿Tu producto no es perfecto? Mejor. ¿Eres freelance y no tienes una web “pro”? Da igual. Di esto:
“No tengo la web más bonita. Pero los resultados que te voy a conseguir no necesitan maquillaje.”
Lo imperfecto bien contado es más creíble que lo perfecto que no conecta.
3. Reutiliza lo que ya funcionó. Y dilo.
Nike no lanza un modelo nuevo. Relanza uno antiguo. Y lo dice sin miedo: “Re-Run.”
¿Tienes algo que te funcionó en el pasado? ¿Una campaña, un post, una idea? Recupérala. Actualízala. Y presume de ello.
Ejemplo:
“Este post lo publiqué hace 2 años y me trajo 50.000 visitas. Hoy vuelve, con 3 aprendizajes nuevos.”
A la gente le encanta lo probado. No todo tiene que ser nuevo. Tiene que ser bueno.
4. Deja que tu cliente se sienta parte de algo que perdura.
La zapatilla de Nike no es solo un objeto. Es una reliquia. Una pieza de historia que ahora puedes volver a usar.
Haz lo mismo:
- ¿Tu marca tiene años? Di lo que aprendiste.
- ¿Tu método tiene evolución? Muestra la versión 1.0.
- ¿Tu producto mejora con el tiempo? Demuéstralo con ejemplos reales de usuarios.
Las marcas que duran no hablan de innovación constante. Hablan de propósito constante.
Recuerda esto:
El buen marketing no necesita filtros.
Necesita alma.
Y a veces, una zapatilla sucia que ha sobrevivido 30 años dice más que cualquier promesa brillante.
Tú puedes hacer lo mismo. Aunque vendas PDFs, asesorías o muebles hechos a mano. No te obsesiones con parecer perfecto.
Mejor, obsesiónate con ser real.