
1. Una oferta tan absurda que cuesta decir que no
Este gimnasio lo ha entendido perfectamente:
Por 1 euro ofrecen:
- Matrícula gratis
- Pulsera gratis
- Un mes de curso gratis
- Bono regalo de otro mes
- Actividades dirigidas y rutina incluida
Es ridículo. Pero funciona.
Cuando una oferta es tan buena que hace que el cliente se sienta tonto por no aceptarla, estás haciendo las cosas bien.
Eso es una oferta irresistible.
2. ¿Y ganan dinero con esto?
No con ese euro.
Ganan cuando la persona:
- Se queda el segundo mes
- Añade extras
- Invita a un amigo
- Se acostumbra a entrenar
- O simplemente se olvida de cancelar
La clave no está en lo que ganan al principio, sino en lo que ganan después de que pruebes.
3. Cómo aplicarlo a cualquier negocio
Esta estrategia no es solo para gimnasios. Puedes adaptarla a cualquier servicio o producto. Por ejemplo:
Tienes una lavandería:
“Primer lavado por 1 euro. Sin trampa. Solo para que nos pruebes.”
¿Ves la lógica? Bajas la barrera de entrada. El cliente no arriesga casi nada. Tú, si confías en lo que ofreces, lo recuperas después con creces.
4. El error de los negocios mediocres
Muchos negocios no venden porque intentan ganar dinero desde el primer clic.
Ese enfoque mata la conversión.
La confianza no se compra. Se gana. Y la forma más sencilla de ganarla es: haz que probar lo tuyo sea tan fácil que no haya excusas.
Conclusión
Si confías en lo que haces, deja de esconderlo detrás de precios y barreras.
Hazlo tan fácil de probar, tan barato, tan obvio…
Que decirte que no les resulte lógico.
Ese es el punto de partida.
No la venta. La relación.