No tienes que ser bueno para empezar, pero tienes que empezar para ser bueno

Esta frase se me aparece justo cuando más la necesito: cuando me descubro otra vez perdiendo tiempo en lo secundario.

Porque procrastinar no siempre es tirarse en el sofá con Netflix.

A veces es mucho peor:

“Voy a leer un artículo más antes de lanzar esto.”

“Voy a cambiarle el color a este botón por si acaso.”

“Voy a dejarlo para cuando tenga la idea perfecta.”

Excusas con traje de productividad. Y el resultado es el mismo: no avanzo.

Por eso tengo esa frase tatuada en la cabeza.

Porque esperar a que todo esté perfecto es la mejor forma de no empezar nunca.

Y al final, lo único que sirve es dar el paso, aunque sea torpe, feo o a medias.

Ya habrá tiempo de afinar.

La pregunta es: ¿estás avanzando o estás entreteniéndote con lo secundario?

Scroll to Top