Hay una parte del marketing que muchos no quieren aceptar: Google Ads cada vez necesita menos manos y más cabeza.
La IA ya ajusta pujas, prueba anuncios y elige audiencias mejor que tú. No necesitas “optimizar” cada día. Necesitas entender por qué demonios la gente no compra.
Yo me di cuenta de eso cuando mis campañas ya estaban afinadas al milímetro, pero el cliente seguía sin vender. Ahí entendí que el problema no era el CTR ni el CPC. Era que la landing daba miedo o la oferta no tenía ni pies ni cabeza.
Y ahí está la parte humana que ninguna IA puede sustituir:
– Traducir los datos en decisiones.
– Preguntar lo incómodo.
– Entrar en la cabeza del cliente, no en la interfaz de Google.