
➡ Spoiler: así no se empieza un cartel para padres preocupados
Pasé por este cartel y lo primero que pensé fue:
“¿Por qué me preguntas eso? ¡Dímelo tú!”
Es un cartel para vender clases de inglés a niños desde 1 año.
Y empieza con una pregunta que no hace avanzar nada:
“¿Conoces los beneficios de aprender inglés?”
❌ Mal enfoque.
Porque si soy padre y veo eso, me siento como en un test sorpresa.
Y si me interesa el inglés, no quiero pensar…
Quiero que me convenzas.
⚠ El problema de este tipo de preguntas
- No activan el deseo. Lo enfrían.
- Me pides que yo haga el trabajo mental de justificar tu producto.
- Y lo peor: me tratas como si esto fuera una encuesta, no una solución a mi preocupación diaria.
🧠 ¿Qué debería haber hecho este cartel?
📌 Partir desde el punto de vista del padre:
“Quieres darle lo mejor a tu hijo… y sabes que el inglés será clave para su futuro.”
📌 Validar su preocupación:
“Porque cada año que pasa, le costará más aprenderlo. Empieza ahora, jugando y sin que se dé cuenta.”
📌 Y luego rematar con una promesa real:
“Clases desde 1 año con materiales adaptados, sin pantallas, sin estrés, y con resultados visibles en 3 meses.”
Porque ahí está la clave:
No me digas si lo conozco. Dime por qué lo voy a agradecer.
✅ ¿Y cómo aplicas esto a cualquier negocio?
Da igual si vendes seguros, gimnasios, asesoría, webs o cupcakes.
Nunca empieces con:
“¿Sabías que…?”
“¿Conoces los beneficios de…?”
“¿Has pensado alguna vez…?”
Mejor empieza con:
🔹 “Te pasa esto…”
🔹 “Seguro que te has sentido así…”
🔹 “Esto te va a sonar…”
Porque esa es la forma de entrar en la conversación que tu cliente ya está teniendo en su cabeza.
📌 En resumen:
No preguntes.
No pongas a prueba.
No hagas pensar.
Hazle sentir que estás ahí para facilitarle la vida.
Y si vendes algo que puede ayudar a alguien con sus hijos…
Hazlo desde la certeza, no desde la duda.
Con esto, no se puede equivocar.o de este bloque mantendrá su espaciado original al publicarse