Durante años me obsesioné con “hacer más cosas”: más campañas, más grupos, más tipos de puja.
Pero lo que de verdad cambió mis resultados fue hacer una auditoría como Dios manda.
Y no me refiero a abrir la cuenta y mirar si hay clics o conversiones.
Me refiero a ir al hueso:
- Qué está funcionando (y merece más presupuesto)
- Qué no funciona (y hay que cortar)
- Y si hay campañas que se están pisando entre sí
Porque te sorprendería cuántas cuentas tienen dos campañas peleando por las mismas palabras clave o productos.
Y claro, Google ve el jaleo y reparte tráfico como le da la gana. Resultado: CPC más alto, conversiones peores y sensación de que “Google no funciona”.
Cuando limpias eso y cada campaña tiene su función clara, de repente el ROAS sube sin tocar el presupuesto.
En un cliente reciente, solo con ordenar la estructura y quitar duplicidades, aumentamos un 25% el valor de conversión en cuatro semanas.
Sin gastar un euro más.
En resumen:
No necesitas más campañas.
Necesitas claridad.
Saber exactamente por qué existe cada una.